Relaciones Laborales Recursos Humanos

Encadenados al SíSí. Por Juan Montes Jiménez

ENCADENADOS AL SÍSÍ


Juan Montes Jiménez

Estudiante de la Universidad de Cádiz (UCA)


“Son las 8 de la mañana, otra vez ese maldito despertador. Me tengo que levantar, no puedo esperar más, al menos está la maleta hecha y no tengo que prepararla a esta hora tan importuna. Tengo que estudiar para el examen del miércoles, pero estoy agotado, el autobús vacío y todavía “no han puesto ni las calles.” Son las 9:00 de la mañana cuando abro la maleta y me pongo el uniforme, a diferencia de cualquier mañana hoy no llevo libros, pero traeré de vuelta treinta euros después de ocho horas trabajando.”

No es algo que me sea indiferente es mi día a día las mañanas de los sábados y domingos. Es cada vez menos aislado ver a jóvenes de 16 a 29 años revertir el efecto que comenzó a principio de siglo llamados “ninis”. Los “ninis” nacieron al final de la década pasada para definir a los jóvenes que no estudiaban ni tampoco trabajaban, este término nació en Reino Unido debido a las consecuencias sociales que tuvieron algunas tribus urbanas que huían del compromiso laboral y académico. En España, se extendió a partir de la crisis de 2007, muchos jóvenes que trabajaban sin estudios acabaron en paro por la caída del mercado de la construcción, los cuales se vieron sin trabajo ni estudios. Por culpa de este hecho, los jóvenes de una generación cargamos con la reputación de “NINIS”.

Han pasado diez años de eso, pero a pesar de la reputación social, la realidad es otra bien distinta. Dos de cada tres universitarios tienen que trabajar para poder pagar sus estudios. Somos los camareros, los modelos, los árbitros… Somos los que llegado el verano o el fin de semana, nos agarramos a la temporalidad de nuestros empleos para dar un respiro a nuestras familias.

El perfil del SÍSÍ está claro entonces, universitarios entre los 20 y 25 años, sin distinción de sexo, con trabajos temporales que poco tienen que ver con sus estudios. A pesar de ello, cada vez son más los jóvenes estudiantes no universitarios que se apuntan a este modelo para subsistir. Ya somos el 10% de jóvenes y amenaza una mayor crecida.

Algunos expertos empiezan a analizar posibles repercusiones tanto a nivel académico como en la salud ya sea física o mental: se está demostrando que combinar los estudios con un empleo puede bajar la productividad en ambos ámbitos y producir problemas de estrés y burnout, para ello el descanso recomendado y dedicarse tiempo a sí mismo es la mejor solución para estos inconvenientes. Estos riesgos se compensan con la necesidad de sentirse útil y sobre todo para evitar frustraciones futuras como dejar los estudios por no tener dinero.

Así pues, nuestra vida de equilibrio: trabajo, estudio y vida social. Es esta última la que se ve más afectada dentro del “Sísísmo contemporáneo” al que nos enfrentamos. Para este problema, es bueno llevar siempre una organización adecuada del día a día, hay tiempo para todo, pero solo hay que organizarlo funcionalmente. Somos jóvenes y podemos emplear la vitalidad como un factor que no tienen otros sectores del mercado laboral.

Si estás leyendo estas líneas y estas desesperado porque no sabes cómo acabar tu carrera, ¡te damos la bienvenida! Estamos anclados a luchar más que cualquier otra generación para conseguir un título que nada nos asegura en el futuro, pero siempre queda el consuelo de esta sociedad. Cuando en la orla final o en la última nota del curso veas tus aprobados recordarás que las notas valen doble; sobre todo no dejes que este mundo nos “cuelgue la mochila” de ser los NINI, porque a pesar de lo que piensen muchos, los jóvenes de hoy en día demostramos con las manos que no somos aquella mentira que quieren hacer constar. No te desanimes.

“Las 16:00 de la tarde, qué sueño, y encima el autobús pasa por delante a cien metros de mi cara con lo que tarda en pasar los sábados. Al menos, espero que el artículo sirva como compañía a la soledad de tantos que nunca abandonan sus sueños. No estamos solos, aunque parezca entre libros y trabajos, somos miles que veremos la luz al final de túnel, estoy muy seguro de ello. Sigan caminando.”


Bibliografía:

 

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