Relaciones Laborales Recursos Humanos

¿Y si no somos libres? Por Jonatan Rodríguez Pérez

¿Y SI NO SOMOS LIBRES?


Jonatan Rodríguez Pérez

Estudiante de la Universidad de Cádiz (UCA)


No desde una perspectiva personal, que podría ser un tema para debatir “largo y tendido”, sino desde el punto de vista de un graduado social, ya que, se supone que una vez graduados podemos elegir el camino desde el cual defender al trabajador, con todas esas leyes enfocadas al ámbito laboral que se exigen a lo largo de la carrera y que en teoría cumplirán el cometido para el cual se estudian.

La cuestión es ¿y si está mal enfocada esta visión respecto de la ayuda que se puede ofrecer? Tal vez, pudiésemos aprender a reciclar la ayuda que se puede ofrecer e innovar con nuevos planteamientos, para lo cual habría que escapar de los caminos condicionados que nos proporciona nuestro simple entorno y el lugar donde nos encontremos, porque cuántas veces habrás escuchado “tonterías, cada uno elige que quiere ser…”, pero ¿y si no fuese así?, ¿y si vivimos en una realidad manipulada constantemente? No con esto quiero empezar el típico discurso neoliberalista, quiero decir, ¿y si de verdad no somos conscientes de lo que indirectamente nos obliga a tomar las decisiones que tomamos?, y estamos tan distraídos y tan convencidos de lo libres que somos que no nos damos cuenta de lo que realmente sucede, como ya hacen referencia algunos autores como Orwell y Huxley “La peor cárcel es aquella que hace creer libre al preso”.

Y en referencia a este movimiento distópico que claramente va de la mano de los autores antes citados, junto con pocos más como pueden ser el autor de “Fahrenheit 451”, realmente tienen mucho en común el tema que yo trato con sus perspectivas de la sociedad. Huxley en su libro “un mundo feliz” (el cual escribió hace alrededor de unos cien años) nos habla de una droga (soma) que se encarga de distraer y consolar a una sociedad del futuro (que ya se trata de lo presente en nuestros días), la cual solo esta en el mundo para trabajar y servir de baza a unos cánones estandarizados de vida, por supuesto ya impuestos y planificados hace mucho. Pues bien, el soma de nuestros días sería en conclusión casi todo lo que nos rodea y nos aparta de pensar y vivir de un modo diferente, como puede ser Instagram como cúspide de aplicaciones que nos idiotizan y nos acompleja o el alto porcentaje de infoxicación, es decir, nos invaden con tanta información que realmente lo que consiguen es desinformarnos, exactamente lo que quieren conseguir, células de trabajo incapaces de pensar por sí mismas además haciéndoles creer que sí.

Pues bien, introducido todo esto de forma muy breve, vuelvo a decir que un graduado social, no ahora, sino en un proceso de cambio a lo largo del tiempo podría ser educado de manera correcta para intervenir en estos problemas, ya que es una realidad que los problemas de la sociedad se han intensificado y dejan horrorizado incluso al más astuto, por eso hay que proporcionar nuevas herramientas a los graduados sociales, o a cualquier rama que vea la posibilidad de afianzar un avance. Claro está, que como ya he dicho, se trata de un ejercicio en el tiempo y que por desgracia se prevé en un largo plazo.

Desde otro punto de vista, pueden abarcarse un sinfín de dificultades que tendría este pensamiento, la primera sin duda sería el modo adecuado de formación para estos graduados sociales, digo graduado social porque es a quien más directamente compete la defensa de esta sociedad junto con otras ramas del derecho, pero como ya he mencionado, ni que decir tiene que se puede defender y apoyar el cambio desde cualquier sector, la innovación y las buenas ideas surgen de donde menos se esperan…

Otro problema sería la aceptación del mundo donde vivimos, es decir, no toda la sociedad querría aceptar esta realidad, úsense de metáfora o analogía las películas “matrix o blade runner”. Y así una lista de contratiempos, aunque ninguno de ellos insalvable.

En conclusión, el cambio es real y desde mi punto de vista este cambio viene desde la enseñanza, es decir, su raíz esta en la propia forma de enseñar. Cuando comprendamos esto y comparemos las teorías que hay sobre la sociedad del futuro, veremos que ya no son del futuro sino del presente, presente que por momentos va perdiendo la belleza que la propia palabra transmite.

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